Microbiografía de Francisco Rodríguez González (Bornos)

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Rodriguez Gonzalez, Francisco
Autor/a: Fernando Romero Romero

Francisco Rodriguez Gonzalez, a quien apodaban Frasco el Jerezano, nacio en Bornos (Cadiz) el 15 de febrero de 1894 y, como la mayor parte de los bornichos de su tiempo, se ganaba la vida como jornalero. Estaba afiliado al sindicato CNT, en el que llego a ocupar el puesto de presidente, y fue uno de los organizadores del Partido Sindicalista. Tambien fue uno de los dos representantes del partido de Angel Pestana en la Comision Gestora que se hizo cargo del Ayuntamiento tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones legislativas de febrero de 1936.

El 19 de julio, conocida ya la sublevacion contra el Gobierno de la Republica, estuvo reunido en el ayuntamiento con el alcalde socialista, Antonio Garrido Jimenez, los demas concejales y algunos dirigentes de las organizaciones del Frente Popular. Quisieron organizar una columna de obreros para auxiliar a las autoridades de la capital de la provincia, pero el jefe de linea de la Guardia Civil, el alferez Francisco Gavira Parra, se nego a entregarles las armas que habia en el cuartel, les prohibio requisar vehiculos y saco a los guardias a la calle para declarar el estado de guerra. Francisco fue uno de los primeros izquierdistas que se evadieron de Bornos durante el verano de 1936. Lo hizo el 20 de julio, el mismo dia que el alferez se persono en la casa consistorial para destituir a la corporacion municipal y sustituirla por otra a medida de los golpistas.

Francisco dejo atras a su companera, Maria Andrades Dominguez, y a cinco chiquillos. La menor, Maria, habia nacido el 9 de enero de ese ano. No sabemos que habria sido de el si hubiese optado por quedarse en el pueblo, pero podria haber tenido el mismo desdichado final que la mayoria de los miembros de la corporacion que tomaron esa decision: fueron asesinados diez de los trece concejales que permanecieron en Bornos. Y la represion no solo afecto a sus companeros de la corporacion municipal, del partido y del sindicato. Tambien fue asesinado su propio hermano, Jose el Jerezano, un obrero agricola que trabajo de vigilante de arbitrios durante el mandato del Frente Popular.

Frasco se dirigio hacia La Sauceda, Jimena de la Frontera y Manilva. En Malaga estuvo alojado como refugiado en la iglesia de San Juan y se marcho a Almeria antes de que la ciudad fuese ocupada por el ejercito rebelde. Con mas de cuarenta anos cumplidos, no tuvo que hacer servicios de armas durante los tres anos que duro la guerra. Sabemos que trabajo en las obras de una carretera en las proximidades de Gualchos (Granada), que durante unos ocho meses fue ayudante de cocina de un regimiento de caballeria en Marmolejo (Jaen) y que luego se dedico a faenas agricolas en Higuera de Arjona.

Regreso a Bornos pocos dias despues de terminar la guerra, el 10 de abril de 1939, y paso varios meses preso en la carcel municipal. A principios de octubre cayo enfermo con una fiebre infecciosa y el medico Juan de la Cruz recomendo que fuese trasladado a otro local con mejores condiciones higienicas. El presidente del Consejo de Guerra de Cadiz ?a cuya disposicion estaba detenido? dio autorizacion para que lo llevasen al hospital provincial, pero el gobernador civil replico que no era posible hacerlo porque no habia ambulancia ni efectivos de la Guardia Civil para custodiarlo durante el traslado. Lo que hicieron fue enviarlo el 20 de noviembre al castillo de Sanlucar de Barrameda con los demas presos politicos que habia en la carcel de Bornos.

A Frasco, como a los demas huidos que regresaron al terminar la guerra, se le instruyo un procedimiento sumarisimo por rebelion militar. Acusarlo de rebelion propiamente no era facil, porque ni habia participado en el conato de resistencia que hubo en el pueblo ni tampoco se incorporo como combatiente a las milicias ni al ejercito republicano. Pero para gente como el, que no habian tomado las armas, pero si fueron politicamente muy activos antes del golpe, la desquiciada justicia militar franquista reservaba la figura penal de la excitacion a la rebelion.

Las declaraciones e informes que sobre su conducta reunio el instructor del sumario, el alferez de infanteria Esteban Matia Cuesta, lo presentaban como un propagandista incansable de sus ideas. El jefe de arbitrios, Vicente Moreno Perez, decia que era ??de malos instintos?? y lo acuso de coaccionar a los votantes de derechas en las elecciones de febrero de 1936:

[?c] hacia una propaganda por medios violentos dandose el caso de que cuando una persona acreditada de derecha se proponia votar conforme a su ideario el inculpado se dirigia de forma poco cortes arrebatandole la papeleta que llevaba y diciendole que era la que debia llevar.

Una acusacion a la que no es facil dar credito, pues lo que nos dice la prensa de la epoca es que fue el alcalde de derechas, del Partido Radical, quien aprovecho su posicion de poder para obstaculizar la campana del Frente Popular. El guardia municipal Jose Ortiz Moreno, cuyo activo papel en la represion del verano de 1936 era bien conocido por todo Bornos, tambien embistio contra Frasco. La Comision Gestora del Frente Popular lo habia separado del servicio por cuestiones politicas y, cuando fue a reclamar que lo readmitiesen, el Jerezano dijo que ??en vez de atenderlo lo que habia es que sentarlo en un sillon electrico y apretar el boton hasta terminar con la canalla fascista??. Muy distinto era el talante que le atribuian los informes municipales que firmaron el alcalde, Francisco Munoz Ruiz, y el gestor Cayetano Delgado Diaz. Munoz informo de que ??siempre se distinguio por su actuacion extremista, ideologica, pero no consta que llevara a cabo actos de violencia, observando, por el contrario, una vida de ciudadano pacifico??. Y Cayetano Delgado dijo que ??en su vida particular como ciudadano, aparte de las ideas, parecia hombre tranquilo y de tonos moderados??.

El consejo de guerra se celebro en Sanlucar el 27 de enero de 1940. El fiscal solicito pena de muerte por delito de adhesion a la rebelion militar, pero el tribunal no considero probado que hubiese tomado parte en el intento de organizar la resistencia contra el golpe y solo tuvo en cuenta su actividad politica anterior para condenarlo a seis anos y un dia de prision por excitacion a la rebelion militar. Cuando se dicto la sentencia ya llevaba cerca de nueve meses en prision preventiva y debia continuar encarcelado hasta el 8 de abril de 1945.

De la precaria situacion en que habia quedado la familia de Frasco por su ausencia ?primero huido y luego encarcelado? da cuenta el informe que remitio el Ayuntamiento al juez instructor provincial de Responsabilidades Politicas en febrero de 1941:

[?c] los unicos bienes que se conocen como de la pertenencia del inculpado Francisco Rodriguez Gonzalez son una pequena casa situada en la calle Corrales de esta villa no 24, cuyo valor es el de 560 pesetas y la habitan la familia de dicho sujeto.

Las cargas familiares legalmente obligado a sostener por dicho inculpado consistian en la mantencion de su esposa Maria Andrades Dominguez y la de sus hijos Emilia Rodriguez Andrades, que en 1936 contaba 15 anos, Jose de 14, Francisco de 13, Antonio de 4 y Maria de un ano.

Esta familia que carece de bienes se sostiene con lo que la madre y tres hermanos mayores ganan en las faenas agricolas cuando hay trabajo, y muchas veces del socorro que reciben de los comedores de Auxilio Social.

Este informe se redacto mientras Frasco cumplia la condena en la prision provincial de Cadiz, en la que estuvo desde el 8 de febrero de 1940 hasta que el 24 de marzo de 1941 lo trasladaron a El Puerto de Santa Maria. En El Puerto le dieron un destino como ordenanza de funcionarios y fue alli donde se tramito su expediente de libertad condicional. La ley de 1 de abril de ese ano ?segundo aniversario de la ??Victoria??? abrio la puerta de la condicional para los presos politicos que habian sido condenados a penas de hasta doce anos por delito de rebelion. El expediente de Frasco se tramito con celeridad, las autoridades locales no pusieron ningun impedimento para que regresase al pueblo y lo excarcelaron el 9 de julio.

En su expediente penitenciario consta que desde que salio de la carcel de El Puerto remitio al director del centro penitenciario veinte cartas mensuales, visadas por el alcalde, en las que daba cuenta de a que se dedicaba. Continuo haciendo lo que siempre habia hecho: trabajar en el campo cuando habia faena. En una de las primeras cartas, la de 31 de agosto de 1941, decia que estaba trabajando en el cortijo La Laguna, donde ganaba un jornal de 8,50 pesetas y que no ahorraba nada. En las de septiembre y octubre, dos meses en los que solia haber poca labor en el campo, informaba de que estaba parado. La condicion de liberado condicional le puso las cosas dificiles para encontrar ocupacion esos dos meses, porque el termino municipal de Bornos es reducido y necesitaba autorizacion del centro penitenciario para desplazarse fuera del pueblo. El Ayuntamiento solicito el permiso para que pudiera trabajar en los terminos de Villamartin, Espera, Arcos y Jerez de la Frontera, pero no hubo respuesta. Para volver a trabajar ?a destajo, con toda la familia? tuvo que esperar a que comenzase la campana de recoleccion de la aceituna en noviembre.

Bibliografia

F. ROMERO ROMERO: Dias de barbarie. Guerra Civil y represion en Bornos. Asociacion Andaluza Memoria Historica y Justicia, 2013.

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