Más allá de la Huelga General

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Lo que aqui se ha puesto en cuestion no es la reduccion de algunos derechos laborales sino el derecho laboral mismo, esos minimos que se supone debia garantizar el estado del bienestar para corregir en parte los desequilibrios economicos y sociales y los abusos patronales que son inherentes al sistema capitalista. Otro tanto cabe decir de los derechos sociales, no se cuestionan determinadas prestaciones sanitarias o educativas, por ejemplo, sino el principio de universalidad y el caracter publico de las mismas.

Los grandes beneficiarios del sistema vigente, alarmados por el caos que ellos mismos han creado, no encuentran mas salida que rellenar sus alforjas a costa de vaciar los almacenes comunes. Saben que ello va a recrecer la contestacion social y por eso mantienen bien alimentado el aparato represivo, pero no saben cuanto, ni cuando, ni como. Lo sucedido hasta ahora apenas les crea preocupacion.

El asunto es de tal envergadura que sabiamos que no se iba a parar con una huelga general. Probablemente tampoco lo haga una sucesion de huelgas generales que pudieran darse, al estilo de Grecia o Francia. La Huelga General del 29 de marzo pasado era necesaria pero no suficiente. A partir de ella se hace necesario emprender nuevos caminos de contestacion y de transformacion.

La Huelga General ha cobrado fuerza especial alla donde ha confluido una constelacion de personas afectadas de diversas areas: trabajadores de las administraciones y de las grandes empresas, quienes trabajan en los sectores y empresas donde anida la precariedad, jovenes sin horizonte de trabajo, parados, migrantes, personas dedicadas a los cuidados con y sin reconocimiento laboral… Ha sido un primer paso pero a esta confluencia falta darle continuidad.

No puede ser nuestra perspectiva la recuperacion de un estado del bienestar ficticio basado en un sistema productivista imposible y en el expolio y la hambruna de gran parte de la humanidad. Antes bien hemos de pensar en una recuperacion de la sociedad frente al Estado y los intereses privados que haga viable un mundo donde quepamos todos los mundos. La tarea es inmensa pero no por ello imposible. Senalemos algunas de las muchas cuestiones que habremos de abordar con caracter mas inmediato, sin prisa pero sin dilacion:

Abrir nuestros sindicatos y federaciones a todas las personas afectadas por las reformas laborales y los recortes sociales, dando cabida a quienes no se sienten identificadas con un determinado sector de produccion y, por supuesto, a quienes su precariedad les impide pagar siquiera la cuota sindical.

Promover y participar en espacios de confluencia contra las reformas laborales y los recortes sociales, sin protagonismos excluyentes, con actitud integradora y respeto a la diversidad.

Dar pasos decisivos hacia la transformacion social, contribuyendo a desarrollar experiencias autogestionarias y solidarias en todos los ambitos en que esto sea posible, pero sobre todo donde hay mas necesidad. Estas practicas tienen que ser las senas de identidad de un nuevo marco social que habremos de ir construyendo, al margen de las estructuras de poder economico o estatal. La demostracion palpable de que es posible vivir de otro modo, mas libre, mas justo, mas humano y feliz, si practicamos el apoyo mutuo y la solidaridad; y que este modo de vida es el que otorga a las personas verdadera seguridad, la certeza de que tu gente no va a dejarte tirado cuando tengas necesidad.

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Fuente: http://www.cgtandalucia.org/Barricada-de-Papel-no-9rn

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