Las victimas del franquismo luchan en un pais donde ni politicos, ni jueces, ni el rey asumen un deber del Estado.
LaMarea.com/ Olivia Carballar / 04/2015
Antonio Narvaez acude cada sabado de final de mes a la Plaza de la Gavidia, en Sevilla. Alli, frente al antiguo cuartel de Queipo de Llano, hoy sede de la Consejeria andaluza de Justicia, lleva siete anos pidiendo ayuda para reparar la memoria de sus progenitores.
?gA mi padre lo mataron luchando por la libertad el 20 de julio del 36. Sabia leer y escribir?h. De el guarda algunos rasgos, pero no se acuerda de nada de su madre. Tenia tres anos cuando mataron a uno y a otro, con tres semanas de diferencia. El se puso a trabajar.
Con cinco anos guardaba pavos. ?gMe han dicho que sere el primero en declarar la proxima vez que venga la jueza argentina?h, cuenta. En Espana, en los 82 anos que tiene Antonio, ninguna institucion, ninguna administracion, ningun tribunal le ha abierto las puertas para escucharle. La memoria historica nunca ha sido
tratada en este pais como una cuestion de Estado, concluyen los colectivos consultados, desde familiares de victimas hasta politicos y juristas. Y ahi reside el principal problema para poder cerrar definitivamente las heridas. Ni los partidos se han tomado en serio este asunto, ni los jueces han querido investigarlo, ni la corona se ha pronunciado jamas sobre los mas de 130.000 espanoles que se calcula fueron represaliados por el franquismo.
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http://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/tln_olivia_carballar_la_deuda_impagada_de_la_democracia.pdf
