¡Fuera la violencia de la historia!

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El 25 de noviembre de 1960, los cuerpos de las tres hermanas Mirabal fueron encontraron en el fondo de un acantilado en la costa de la Republica Dominicana. Su valiente oposicion y resistencia a Trujillo, el entonces dictador dominicano, fue zanjada con sus asesinatos.

Aunque aquel acontecimiento fue vendido a la prensa como un tragico accidente por Trujillo, fue el mismo quien dio la orden de acabar con ellas. Esta es una de las razones principales de que las mujeres de Salcedo (tierra de las hermanas Mirabal) tengan la fama de no aguantarle nada a nadie ni siquiera, en aquel momento, a Trujillo y de que el 25 de noviembre, en el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogota en el ano 1981 fuera refrendado como Dia Internacional de la no violencia hacia las mujeres y aceptado como tal en el 99 por la ONU.

El silencio sobre los crimenes de guerra contra las mujeres es una de las mas fuertes violencias ejercidas sobre ellas. Es un arma de guerra que pretende acallar nuestra historia de mujeres sin conseguirlo pues , a lo largo de la misma , son muchas las mujeres que se han unido y continuan haciendolo para visibilizarla y seguir denunciando el poder patriarcal . Mujeres que, como las Mujeres de Negro contra la guerra, desde la resistencia activa no violenta han creado redes de ternura y solidaridad para expulsar la violencia de nuestras vidas.

El colectivo Mujeres de Negro contra la Guerra de Sevilla pertenece a la red internacional de Mujeres de Negro. Nos reconocemos como feministas y antimilitaristas implicadas en la tarea de dar voz y hacer visibles a las mujeres que viven en zonas de conflictos y de guerras, desvelando como el Poder patriarcal dominante favorece la perpetuidad de las violencias machistas generadas por la violencia estructural y cultural intrinsecas a este Poder, y las legitima utilizando la hipocresia de la doble moral.

Por una parte, el patriarcado criminaliza la violencia de genero como algo que solo ocurre en el ambito de lo domestico y que es ejercida hacia las mujeres por ciertos hombres desalmados y machistas que llegan a matarlas. En este caso se muestra dispuesto a erradicarla desde leyes y reconocimientos juridicos, reduciendola al ambito de lo privado como casos lamentables, ajenos y puntuales, de la sociedad en que vivimos. Por otra, el patriarcado oculta su propia violencia, la violencia de Estado, construida dentro y desde las estructuras del Poder. Esta solo se evidencia por las desigualdades e injusticias que crea y consolida. Nunca es criminalizada. De ella solo son visibles las consecuencias. El ejecutor siempre tiene razones que la justifican por ejemplo, en un conflicto armado, intervenir en nombre de la Paz y los Derechos Humanos.

Pese a esta doble moral, a las mujeres no nos resultan extranas ni ajenas, ni diferentes todas las violencias ejercidas sobre nosotras, sean perpetradas en tiempos de guerra o de no guerra. Las violaciones, el acoso sexual, los embarazos forzosos?c el asesinato de las Hermanas Mirabal o las muertes de las mujeres en los campos de refugiados o en las guerras o en un aborto clandestino o en la puerta de su casa al lado de sus hijos o hijas. Todas tienen el mismo origen en la violencia estructural, el machismo y el patriarcado.

Y, ahora , durante todos estos anos inmersos en el desenlace y las consecuencias de una guerra economica y social, vemos como los engranajes del sistema economico nacen de las mismas entranas que las estrategias belicistas, las del poder patriarcal occidental dominante, asentado sobre la competitividad, el sentimiento de supremacia basado en la exclusion, la division y el menosprecio(racismo, sexismo, clasismo) el odio al otro y la otra para dominar y crear subordinacion, la prepotencia en nombre de un progreso que conlleva la expoliacion y la destruccion?cy a hacer de la vida misma un recurso a favor de cualquier especulacion. Esta guerra social nos coloniza con armas de destruccion masiva que acaban con nuestros haberes y derechos elementales, ?gcolaboras o desapareces?h(trabajas por nada o quedate en tu barrio, campo de refugiados/as de los parados/as).

En este campo de batalla, las mujeres somos el blanco de la dinamica de la violencia que genera violencias, la violencia patriarcal capitalista porque las mujeres-de todos los origenes y condiciones – somos el elemento mas visible de las diferencias y por ello, el patriarcado, utiliza estrategias de victimizacion negandonos la capacidad de pensar, avanzar, decidir, resistir, subsistir?c Esta situacion nos convierte en vulnerables, nos infantiliza y facilita que el paternalismo patriarcal piense por nosotras y que apoyandose en todas las instituciones y medios que maneja, perpetue el discurso de infravaloracion que nos convierte en dependientes de los hombres ( que son los que piensan , trabajan y deciden) y temerosas de su fuerza (que nos puede llegar a matar). Esta sutil manera de ejercer la violencia deja marca sobre nuestros cuerpos, sobre nuestras mentes y nuestro espiritu definiendo el devenir de nuestras vidas.

En el vivir cotidiano, la violencia hacia las mujeres se ejerce desde todo un entramado social: los empresarios, los gobernantes, los juristas, los ejercitos, las multinacionales, la familia?c que nos situan en el punto de mira de su violencia.

En las zonas de conflicto y de guerras, el patriarcado militar y belicista irrumpe violentamente en la cotidianeidad de las mujeres, ejecutando en ellas toda su violencia: violaciones, feminicidios, maltratos, empobrecimiento, miseria y todo lo que signifique humillacion y sometimiento. El cuerpo de las mujeres se convierte en botin de guerra y sus asesinatos en arma masiva de guerra.
Esta sutil manera de ejercer la violencia deja marca sobre nuestros cuerpos, sobre nuestras mentes y nuestro espiritu definiendo el devenir de nuestras vidas.

El 25 de noviembre de 2.010, Mujeres de Negro de Sevilla, en uno de los carteles sobre la violencia hacia las mujeres, denuncia una estrategia patriarcal militar de naturalizacion de la violencia como ejemplo de uso de esta doble moral, con la siguiente leyenda;

?gUn militar muerto = una medalla

Una mujer muerta= un numero?h

Desvelar, como violencia machista patriarcal, esta terrible trampa de la violencia estructural, nos situa, de frente, ante la violencia de Estado y ante las estrategias economicas y belicistas llevadas a cabo por el patriarcado, todo un mismo poder que decide sobre nuestras vidas. No merece la pena intentar competir con toda esa cultura de la violencia que se sigue transmitiendo y para ello debemos buscar alternativas basadas en la perdida del miedo a lo diferente y a la pluralidad de ideas y vivencias , en mantenernos insumisas contra todo discurso mentiroso, hipocrita, represivo y violento que nuestra sociedad patriarcal quiera utilizar como recurso , y en tejer, entre todas, redes de fortaleza para poder crear, junto con los hombres, una resistencia activa que nos permita sustentar el cuidado de la vida en la construccion de una sociedad mas justa, tarea principal para erradicar la violencia de nuestro entorno inmediato y del planeta y para que cada dia sea nuestro 25 de noviembre.

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