El colector de la represión

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El franquismo habilito un campo de concentracion en Heliopolis donde trabajaron mas de 250 prisioneros.

Los campos de concentracion son sin lugar a dudas uno de los simbolos de la represion franquista. En ellos, hasta medio millon de prisioneros -segun recogen algunos estudios- realizaban trabajos forzados. Trabajos que, en muchas ocasiones, eran el menos malo de los escenario para los reos ante la masificacion que sufrian las carceles y en las que proliferaban enfermedades y muertes. Espacios que ahora el grupo de trabajo ?gRMHSA?h de CGT.A pretende senalizar de modo que los ciudadanos sean conscientes de un modo objetivo de cual fue la funcion de estos campamentos y que actividad realizaron los presos durante los anos que estuvieron en ellos.

En el caso concreto de Sevilla, fueron casi una decena los espacios convertidos en campos de concentracion y trabajo. Muchos de ellos no reconocidos como tales y enmascarados en colonias penitenciarias o campamentos de presos, terminologias que enfrentan a historiadores en cuanto a la catalogacion de estas areas. Cecilio Gordillo, coordinador de este grupo, recuerda la dificultad que han tenido para elaborar un listado de estos espacios, “ya que muchos estaban ocultos con otros nombres”.

Entre todos, hubo uno en la zona de Heliopolis, denominado el colector, que desde el primer momento fue considerado y calificado como un campo de concentracion. Los primeros planos de este campamento datan del 7 de julio de 1937, dias antes de que se cumpliera el primer aniversario del comienzo de la Guerra Civil, y curiosamente con un par de anos de antelacion a que se aprobaran los primeros reglamentos que recogian la existencia y adecuacion de estos espacios. Un hecho que dejaba clara las intenciones de los golpistas, toda vez que comenzaron a atrincherar a los prisioneros en el interior de las carceles. “Hay quien dice que no era mas que una prueba para ver como funcionaba el sistema”, senala Gordillo.

Con capacidad para unos 250 prisioneros -aunque finalmente llego a acoger a casi el doble de ellos- su adecuacion se debio a una actuacion de urgencia por parte del Ayuntamiento, ubicandolo en el terraplen de la margen izquierda de la Corta de Tablada, en la extension del antiguo cauce del rio Guadaira. Asi lo recoge el acta de constitucion de la comision que se encargo de gestionar los trabajos, y entre los que se encontraban el general jefe del Ejercito Sur, Gonzalo Queipo de Llano, o el propio alcalde la ciudad, Ramon de Carranza. En el documento se recoge el interes del general por la “construccion indispensable de un colector de alcantarillado para la desviacion del vertido al Guadalquivir”.

Y es que en la zona sur de la ciudad, urbanizada durante la reciente celebracion de la Exposicion Iberoamericana de 1929, la evacuacion de los residuos habia acabado por convertirse en un problema de salubridad para los vecinos. Hasta ese momento, los vertidos se arrojaban a la Darsena del Guadalquivir poniendo en jaque, tal y como recoge el propio acta de constitucion, “las costosisimas obras ya ejecutadas por el Estado, denominadas Plan de Obras de Mejora del Puerto de Sevilla, entre las que se comprende su habilitacion como darsena y la desviacion del curso del rio”.

De este modo, el Ayuntamiento encargo a la empresa Entrecanales y Tavora la adecuacion de un canal que llevara los vertidos que estaban afectando a la zona mas urbana del rio hasta mas alla de la exclusa. No era poca cosa. Se trataba de una distancia de entre 4 o 5 kilometros, nada facil de adecuar a traves de la construccion de una gran tuberia, pero la importancia de acometer estos trabajos era tal que hasta paso desapercibido el hecho de que la Guerra Civil estuviera aun en pleno desarrollo. Este hecho dificulto bastante su ejecucion, ya que la empresa no contaba con los trabajadores necesarios para acometerla. Fue entonces cuando los golpistas propusieron la idea de adecuar este campo en el que se agolparon 250 presos encargados de la obra.

El campamento levantado en la zona junto al rio constaba de cuatro barracones, en una disposicion muy similar a la que posteriormente adoptaron en los campos de concentracion del nazismo, un hecho al que contribuyo que Franco estuviera apoyado por varios asesores alemanes vinculados al regimen. El primero de ellos estaba destinado al personal de oficiales, clases y tropa encargada de la vigilancia del campo, oficinas y enfermeria; otro con los dormitorios de los 250 prisioneros encargados de la ejecucion de las obras del colector; un tercero en el que se ubicaban los comedores de jefes y reos, la cocina y la siempre inexorable capilla. El cuarto y ultimo albergaba varios departamentos menores en los que se daba cabida a los aseos, lavaderos, garaje y almacenes. Todo dispuesto en forma de rectangulo, que permitia formaciones para revistas del personal y su esparcimiento en las horas de descanso.

Uno de los aspectos mas singulares de la adecuacion de este campamento, que marca buena parte de su desarrollo, se basa en que se procedio a su construccion en pleno desarrollo de la Guerra Civil. Este hecho condiciono, entre otros aspectos, la precaria situacion economica con la que hubo que hacer frente a los trabajos. Con todo, y a pesar de esta limitacion, el presupuesto que manejo la Administracion ascendio a 180.814,93 pesetas.

Una cifra nada desdenable para aquella epoca que obligo a recortar gastos como la sustitucion de la teja arabe, que en un principio se programo para el techado de las naves y que finalmente hubo de ser sustituida por otra de bayunco, una especie de vegetal.

El aspecto economico preocupaba en demasia. No obstante, y ya con la guerra avanzada, los terratenientes que habian apoyado con sus bienes el alzamiento comenzaban a exigir su devolucion. Era necesario hacer caja y una obra asi podria reportar una buena cantidad a las maltrechas arcas. Y es que los empresarios que realizaban estas tareas no lo hacian ni mucho menos de forma altruista. Los reos si, o en todo caso recibian una minima retribucion que dependia de variables tan dispares como si habian contraido matrimonio por la Iglesia o de si sus hijos estaban bautizados. La gran parte de la cantidad que se exigia a la empresa que los contrataba quedaba en manos del Gobierno. “Si cobraban unas 12,5 pesetas, diez de ellas iban directamente a las arcas; del resto, dos se cobraban en concepto de manutencion. Al prisionero le quedaban 50 centimos, o al menos eso decian”, explicaba Gordillo.

Lo cierto es que 75 anos despues, la ciudad espera recuperar para la memoria un espacio en el que el franquismo enmascaro su represion a la ciudadania en la construccion de una infraestructura de gran relevancia social. Heliopolis y la belleza de sus edificaciones de la Exposicion del 29, guardaba junto a el, el colector de la represion del regimen a la libertad de sus ciudadanos.

Lugares de la Memoria en busca de su reconocimiento.

El objetivo del grupo pasa por la senalizacion de espacios como lugares para la memoria. La normativa aprobada por la Junta respalda su iniciativa pero se topa ahora con el modo en el que estos espacios se marcaran. El texto aprobado no hace referencia a ello y deja en manos de los ayuntamientos la ultima palabra. Cecilio Gordillo, refirio que ha solicitado al Consistorio hispalense un encuentro en el que delimitar como llevarlo a la practica.

En concreto la Junta de Andalucia aprobo la creacion de una comision que debera definir los espacios vinculados a la Guerra Civil entre el 17 de Julio de 1936 ?un dia antes del alzamiento- y el 20 de diciembre de 1978, fecha en la que se fija el fin de la dictadura tras la aprobacion de la Constitucion Espanola. Gordillo recordo que su objetivo es adecuar una placa, ?gestilo a las vallas publicitarias?h, en la que se recoja el nombre del lugar, fecha en la fue escenario de la actividad represiva y una leve explicacion que permita a los ciudadanos conocer la historia desde un punto de vista objetivo.

Un campamento de concentracion al lado del rio.

La vista area ofrece al detalle la zona concreta en la que su ubico el espacio en el que realizaban sus trabajos los mas de 250 prisioneros del regimen. Su labor pasaba por desviar los vertidos de la darsena hasta mas alla de la exclusa.

El hogar de los presos, a detalle.

El campamento se alzaba sobre un amplio patio central que rodeaban cuatro naves. Los barracones estaban formados por unos entramados de madera y teja arabe; las paredes constituidas por tabiques de ladrillos encalados y el pavimento de tendido continuo de hormigon. Estos ultimos elementos permitian una perfecta limpieza de los pabellones. El coste total de la obra fue de algo mas de 180.000 pesetas, una cantidad nada desdenable para la epoca, en pleno desarrollo de la guerra civil

Hoy dia, solo queda el recuerdo de lo que fue.

El terreno que ocupara el campo de concentracion, perteneciente a la empresa Entrecanales y Tavora, lo ocupan actualmente unas dependencias de Acciona, aunque su extension ha variado poco desde la guerra civil.

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