A propósito de los lugares de la memoria; “No guardo rencor, pero que se sepa qué pasó”

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Un superviviente de los campos de concentracion franquistas reclama que se conozcan la esclavitud y las torturas

“Eramos esclavos”, asi se refiere Jose Barajas (Huelma, Jaen, 1916) a los batallones de trabajadores del franquismo, donde peno durante tres anos al acabar la Guerra Civil con miles de represaliados y exsoldados de la Republica. Con 95 anos, recuerda en conversacion telefonica desde Barcelona, donde ahora vive, el hambre y la muerte de companeros por inanicion, por suicidios y por enfermedades despues de sufrir tratos vejatorios. Con el paso del tiempo, asegura que no guarda rencor -“solo a veces”, admite-, pero pide que no se olvide esta historia. “Que la juventud sepa que paso”.

Barajas se alisto de voluntario y paso una decada “viendo morir gente”

Barajas se alisto como voluntario al comienzo de la Guerra Civil para defender la Republica y se convirtio en uno de los miles de esclavos del franquismo que realizaron trabajos forzados.

Era hijo de socialista y desde muy joven asistia a los mitines del partido en burro. Tenia 20 anos cuando estallo la guerra y se alisto en los batallones de voluntarios. Desde ese momento, paso una decada “viendo morir gente”.

Tras la contienda y al comenzar la II Guerra Mundial, Barajas fue enviado como esclavo a Punta Paloma, en Tarifa (Cadiz), donde construyo los fortines para las ametralladoras y los canones, entre ellos el considerado mas grande del Ejercito, traido desde Mahon (Menorca). Segun contaron sus companeros de destino, fue arrastrado por los presos por zonas donde no habia ni carreteras. Recuerda suicidios de companeros, hambre, “y que nadie se preocupaba”.

En Facinas (Cadiz) construyo una carretera y un campamento militar. Las bellotas del campo y la comida que traian mujeres de la zona aliviaron el hambre de los batallones. “Comiamos hierbas, naranjas con piel y los arenques con la cabeza, la espina y todo lo que llevase; todo lo comiamos”, recuerda.

Tambien construyo una carretera en Conil de la Frontera (Cadiz), donde un alferez sintio lastima de la situacion y aumento las raciones de comida. Los pescadores les daban cubos de sardinas a cambio de que les ayudaran con las redes.

Compartio el campo con tres jefes republicanos vascos llegados del Patronato de Redencion de Penas por el Trabajo, una institucion creada en el Ministerio de Justicia para distribuir a los esclavos.

De Bolonia recuerda la enorme decepcion al descubrir que Estados Unidos obviaba la situacion de los presos y negociaba con el Gobierno espanol la instalacion de bases militares. “Estabamos tan ilusionados que planeamos que, cuando viniesen a liberarnos, les quitariamos los fusiles a los escoltas, los encerrariamos y saldriamos en busca de los que viniesen a salvar al Gobierno de la Republica y luchar junto a ellos. Pero ya ves, fue todo lo contrario”, afirma.

Barajas paso por campos de concentracion de Navarra y por tres de los 54 que hubo en Andalucia; lugares que, junto a depositos de presos y zonas de fosas comunes, el grupo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucia (RMHSA) de la Confederacion General del Trabajo (CGT) ha pedido que sean declarados, protegidos y senalizados, segun la legislacion andaluza.

La ausencia hasta ahora de una figura de proteccion ha supuesto la desaparicion de algunas instalaciones, como el caso de las de La Algaba (Sevilla), uno de los centros mas duros donde se concentraron los esclavos que construyeron el Canal del Viar y donde muchos fallecieron, como en otros campos, por el hambre y el maltrato.

Muchas de las infraestructuras que construyeron los presos, como las pistas del aeropuerto de Malaga o el Canal del Bajo Guadalquivir, aun estan operativas o constituyeron la base de fortunas particulares sin que exista ni un solo elemento que recuerde como y por quienes fueron levantadas.

El testimonio de Barajas apoya las pretensiones del grupo memorialista de la CGT. Su experiencia vital ha sido recogida y difundida por la asociacion Memoriaren Bideak, Collectiu Republica del Baix Llobregat y Memoria Antifranquista del Baix Llobregat.

A la espera de respuesta del Ayuntamiento de Sevilla

R. L. – Sevilla – 25/09/2011

El grupo memorialista RMHSA de CGT mantuvo el pasado dia 21 una reunion con el concejal del Ayuntamiento de Sevilla Juan Bueno (PP) para pedir su apoyo y proponer la senalizacion como lugares de la memoria de La Corchuela y El Colector, dos campos de concentracion franquistas donde mas de 2.000 personas cumplieron penas de trabajos forzados entre 1938 y 1943. El edil se comprometio a responder a la peticion, segun informaron los asistentes. El Ayuntamiento no respondio a la solicitud de informacion de este periodico.

El grupo planteo tambien el cumplimiento del acuerdo de 2008 sobre la fundacion Memorial Merinales, paralizada porque las instituciones implicadas no aportan las cantidades comprometidas: entre 3.000 y 12.000 euros.

Los memorialistas destacaron en el encuentro la actitud del Ayuntamiento de Malaga, tambien gobernado por el PP, que ha invertido mas de 300.000 euros en la localizacion y exhumacion de restos de ocho fosas comunes con 2.840 fusilados. En ese marco, propusieron retomar iniciativas relacionadas con el Canal de los Presos, la carcel de Ranilla, la guia del cementerio de Sevilla y otros lugares de la memoria.

Los lugares de la memoria se extienden por toda Andalucia. Estos son algunos de los propuestos por RMHSA para su proteccion: El Colector, La Corchuela, Los Merinales, El Arenoso, Torre del Aguila, La Algaba, cortijo Gambogaz, El Puntal y Canal del Bajo Guadalquivir, en Sevilla; La Almadraba, en Cadiz; Torremolinos, en Malaga; Isla Saltes, en Huelva; La Casa Grande de Padul y Benalua de Guadix, en Granada; y el cuartel de Sotomayor de Viator, en Almeria. La lista crece con la incorporacion de nuevos datos sobre torturas, fusilamientos y penas de represaliados de todo el pais en Andalucia.

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