Manuel Pinto. Un anarcosindicalista jerezano en la toma de París con “La Nueve”

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Los andaluces Manuel Pinto, junto con Rafael Gomez Nieto, de Adra, Ramon Gualda,
de Granada, Antonio Llodren, de Nerva, o el extremeno Antonio Gutierrez, son
algunos que, como soldados de ?gLa Nueve?h, entraron en Paris la noche del 24 de
agosto de 1944

Con motivo del 70 aniversario de la liberacion de Paris, reproducimos el texto autobiografico del
jerezano ?gManolo Lozano?h, que aquel 24 de agosto de 1944 entro en Paris con el general Leclerc

Mi verdadero nombre es Manuel Pinto Queiroz-Ruiz. Naci en Jerez de la Frontera el dia 14 de
abril de 1916. Mi familia era de alli. Mi madre murio cuando yo tenia 5 anos. Cayo enferma, le
salieron unos bultos y no pudimos hacer nada para curarla porque no teniamos dinero. Solo
recuerdo de ella que poco antes de morir me dijo: ?gHaz caso de tu padre, Manuel, escuchalo
siempre?h. Mi padre era anarquista. Un hombre muy serio, muy buena persona y muy anticlerical.
Era camarero. En Andalucia habia muchos anarquistas.

En mi pueblo, la gente se sentaba al atardecer en las puertas de las casas y hablaba y
discutia, mientras pelaba y comia higos chumbos. Habia un ambiente muy fraternal. A pesar de
que eran muy pobres, se ayudaban unos a otros, estaban siempre dispuestos a echar una mano.
Habia mucha lucha sindicalista, muy bien organizada. Yo trabaje en las vinas y luego en una fabrica
de destileria. Entre muy joven en el sindicato de arrumbadores y en las juventudes libertarias. En
aquella epoca, los jovenes se reunian para hacer periodicos y revistas, para ir a conferencias, para
hacer teatro. Muchos de esos jovenes recorrian kilometros y kilometros a pie para dar clases y
charlas en los cortijos, donde se reunian los peones agricolas tras una dura jornada de trabajo, a la
luz de un candil. Yo sabia leer y escribir y pertenecia a uno de los grupos que iba a dar clases y a
comentar textos de escritores libertarios.

Cuando llegaron los rebeldes de Franco y ocuparon Jerez, mi padre me dijo que tenia que
marcharme enseguida y me ayudo a escapar. El no quiso venirse y poco despues lo fusilaron. Segun
un tio mio, antes de morir dijo: ?gA mi me van a fusilar pero a mi hijo no lo cogeran nunca?h. Y no me
cogieron.

Yo era muy joven, pero en aquellos momentos, viviendo tanta tragedia, nos hicimos mayores
enseguida. Llegue a Granada por las montanas, haciendo ya la guerra contra los que habian dado
el golpe de Estado. Estuve en Almeria, en Murcia y en Alicante. Desde alli me marche a Africa del
Norte en un barco de pesca que se llamaba La joven Maria. Con el llegamos hasta Argelia. En el
puerto de Oran habia un monton de barcos cargados de refugiados y las autoridades no les
permitian bajar ni les suministraban ayuda. Nosotros nos las arreglamos para desembarcar y
gracias a un viejo pescador que nos dio una direccion conseguimos un hotel para dormir una
noche. La unica noche que tuvimos libertad.

Al dia siguiente, en plena calle, fui detenido por la policia y, como muchos otros espanoles,
encerrado en un campo reservado a los clandestinos, en un gran hangar de los muelles. El hangar
estaba rodeado de alambre de puas y vigilado por la guardia movil y senegaleses armados. Era un
verdadero campo de concentracion. El mismo director del campo pronuncio este nombre,
riendose, cuando le pedi que nos diera una toalla. ?gEsto no es un hotel, es un campo de
concentracion?h.

De alli me llevaron a otros dos campos y luego a Colomb-Bechar, siempre a pico y pala,
aplastando piedra y vigilado por los guardianes, entre los que habia algunos nazis. Un dia deje caer
una carretilla cargada de piedras contra uno de los jefes alemanes que se encontraba un poco mas
abajo, un tipo de una gran crueldad. No sobrevivio. Solo un par de espanoles se dieron cuenta de
que habia sido yo. Estaban muy contentos.

Cuando desembarcaron en Africa los aliados, nos liberaron a todos. Poco despues me enrole
en los Cuerpos Francos de Africa para luchar contra los alemanes en la guerra de Tunez. Una guerra
que dirigia el general aleman Rommel. Sus tropas estaban consideradas como fuerzas de elite.
Conseguimos derrotarlos y siempre me he preguntado como pude sobrevivir a aquel infierno. Y
como pude sobrevivir a lo que siguio despues. Mientras estuvimos en Argelia nos decian que no
pasaramos a la zona arabe, pero yo pasaba todos los dias, me paseaba tranquilamente, iba a los
cafes, me invitaban a tomar te. Los otros me decian que estaba loco por hacer eso, pero yo les
decia que eran ellos los locos porque aquella gente era estupenda.

Despues de la guerra de Tunez me enrole en las fuerzas de la Francia Libre, con Leclerc. Entre
en lo que llamaban todavia, creo, el Regimiento de Marcha del Chad. Despues estuvimos en Skira,
donde se creo la Segunda Division Blindada, hasta que salimos para ir al combate, a Europa.
Embarcamos en Mers el-Kebir, en Argelia, en mayo de 1944. El barco se llamaba Franconia. Cuando
llegamos a Inglaterra, la gente nos trato muy bien tambien. Las mujeres nos preferian a los
franceses. Todo el mundo nos trataba bien. Los ingleses tenian mucha mas simpatia por los
espanoles que por los franceses. Las inglesas preferian siempre bailar con nosotros.

Los oficiales franceses tenian miedo de los espanoles. Decian que eramos unos salvajes. Es
verdad que cuando un oficial no nos gustaba, le haciamos la vida imposible. No aceptabamos sus
ordenes. Sin embargo, Leclerc, el capitan Dronne despues y sobre todo el coronel Putz se ganaron
nuestras simpatias. Eran gente que nos comprendia y aseguraban que nos ayudarian a luchar
contra Franco.

Yo he ido siempre con los blindados de mando. Mi tanqueta se llamaba Los Cosacos. Le
pusimos ese nombre porque el capitan Dronne, que mandaba la unidad, un dia nos dijo que
eramos una banda de cosacos. Uno de los capitanes espanoles le dijo: ?gHa cometido usted un
grave error. Tiene usted que rectificar ante la compania?h. Y rectifico. El coronel Putz tambien le
llamo la atencion un dia porque le oyo gritar contra los espanoles. Le dijo que, si se comportaba
asi, no conseguiria que los espanoles le obedecieran. Dronne lo tuvo en cuenta. Lo que Putz le dijo
era totalmente cierto.

Despues de Inglaterra y del desembarco en Francia fuimos enfrentandonos con los alemanes,
siempre en primera linea. Los enfrentamos por toda Normandia, en Alancon, Ecouche, hasta Paris
y despues en Alsacia, hasta Berschtesgaden. Fue una guerra dura, perdimos a muchos companeros
pero no nos hicieron retroceder nunca.

Cuando llegamos a Paris, yo iba en las primeras tanquetas que llegaron hasta la plaza del
Ayuntamiento. Fue nuestra compania, La Nueve, la primera que entro en Paris. Eramos casi todos
espanoles. La gente se sorprendia mucho cuando nos oia hablar. No paraban de abrazarnos y
besarnos. Aquello fue algo extraordinario. Dos dias despues, cuando el general De Gaulle desfilo
por los Campos Eliseos, nosotros fuimos los que le servimos de escolta. A muchos militares
franceses esto no les hizo ninguna gracia.

Cuando bajabamos por la avenida de los Campos Eliseos, con De Gaulle, Leclerc y otros
oficiales, a medio paseo empezaron a tirar desde un edificio y enseguida paramos el half-track,
empujamos a algunas personas para que se escondieran detras y disparamos contra la zona de
donde llegaron los tiros. Terminamos con ellos y el desfile pudo desarrollarse sin grandes
problemas. Recibimos bastantes felicitaciones. Yo no tuve miedo nunca pero trataba de no
exponerme demasiado. No me volvi nunca atras pero siempre mantuve una cierta prudencia.

Luego seguimos luchando hasta que llegamos al mismo refugio de Hitler. Alli termino la
guerra, lamentablemente. Nosotros esperabamos la ayuda para seguir la lucha y liberar Espana. En
La Nueve todos estabamos dispuestos a irnos y teniamos bastante material preparado. Habiamos
estudiado un plan para llegar hasta Barcelona con una gran cantidad de camiones cargados de
material. Campos, que era jefe de la 3.a seccion, tomo contacto con los guerrilleros espanoles de la
Union Nacional que combatian en los Pirineos. Nos dimos cuenta enseguida de que los guerrilleros
estaban totalmente controlados por los comunistas y que no llegariamos a nada. Tuvimos que
renunciar.

Me desmovilizaron a finales de agosto de 1945. Nunca volvi a Espana.

Notas: Publicado en E. Mesquida: La Nueve. Los espanoles que liberaron Paris. Ediciones B,
2008.

+ info: http://www.todoslosnombres.org/php/verArchivo.php?id=9407

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